PLAGAS DE BANANO


El picudo negro es un insecto importante a nivel
mundial por las perdidas que originan en las plantaciones,
las larvas van penetrando a medida que se alimenta en la
corona de la planta y la despojan de su vitalidad, causando
a veces la caída de las plantas maduras. Esta plaga en
muchas plantaciones llega a causar daños que superan el
50% de perdidas. Su control básicamente esta en realizar
labores culturales elementales, tal como el desmalezado,
la limpieza al pie de las matas, el deshoje.
Cada cierto periodo es importante monitorear la presencia de esta plaga, para ello se ponen trampas hechas de pseudotallo cortados en rodajas y cada dos días
verificamos el número de insectos, si están presentan poblaciones altas debemos de incrementar las trampas en un numero de 20 por ha, es importante que al colocar las trampas deben de ser cubiertas con hojas de banano, también se pueden utilizar frutos de banano descartados como trampas, estas son las preferidas de los picudos rayados.
a)    Ciclo de vida.
Los adultos del Picudo Negro son cucarrones que miden de 1.5 a 2 cm de longitud ; la cabeza presenta un pico largo y curvo con 2 antenas grandes. La coloración varía de café rojizo, recién nacidos a negro cuando ya están desarrollados. En estado adulto viven hasta dos años y pueden sobrevivir sin alimento durante seis meses. En el transcurso de su largo ciclo de vida, las hembras pueden ovipositar alrededor de 60 huevos, que son colocados en forma individual en las heridas de la zona basal de las plantas o en pequeñas perforaciones que hace la hembra con las ayuda de su pico, las cuales tapa con detritos de la planta. Los huevos son de forma ovoide, de color blanco o ligeramente amarillos, de aproximadamente 2.5 mm de
longitud. El estado de huevo puede durar de 5 a 7 días.
Las larvas son de color blanco crema, ápodas y de cuerpo segmentado. Recién
nacidos miden 1.5 mm de longitud y pueden alcanzar 1.6 cm cuando están bien
desarrolladas. La cabeza es de color café rojizo brillante con mandíbulas grandes y
fuertes. El estado de larva dura entre 15-25 días.
b)      Comportamiento del insecto.
El Picudo Negro empupa dentro del cormo sin formar capullo, en las galerías
construidas por las larvas ; durante su desarrollo pasa de color blanco a marfil y luego adquiere tintes rojizos que se acentúan a medida que se acercan al estado adulto.
Las pupas son
^de tipo exarata, con aspectos de
cucarrón blanco en estado de quietud ; en ellas se
distinguen claramente el pico, las patas, ojos, alas y
antenas del futuro adulto. El estado tiene una duración
de 5 a 8 días. Poco se sabe acerca de los hábitos migratorios, aunque los adultos caminan principalmente de noche, también lo hacen durante el día, atraídos por los olores de sustancias presentes en las plantas que son más notorios al causarles heridas. Los adultos sólo



vuelan en muy raras ocasiones.
c)      Daño
La intensidad del daño es mayor en plantaciones que no reciben mantenimiento
creándose condiciones propicias para la multiplicación del insecto, el cual se adapta mejor en ambientes húmedos y oscuros. Debido al hábito nocturno de los adultos, pueden pasar desapercibidos hasta cuando los daños ocasionados en las plantas sean evidentes y económicamente significativos
.
Las larvas son las causantes del daño y no los
adultos,
pues éstos se alimentan de calcetas o seudotallos en
descomposición. Las larvas se alimentan y desarrollan dentro
del rizoma o cepa formando galerías que obstruyen el paso del
agua y los nutrimentos.
d)      Manejo.
El Picudo Negro es probablemente el responsable para que en la zona cafetera el
cultivo del plátano se haya convertido de permanente en transitorio. Desde el punto de vista económico, hoy en día es  necesario renovar plantaciones después del tercero
o cuarto ciclo de producción y esta práctica continuará hasta cuando se haya aprendido a manejar la mencionada plaga. La experiencia nos indica que en plantaciones con altas infestaciones la respuesta de los cultivos a la fertilización es
mínima o nula, caso contrario sucede en fincas sin Picudo o con bajas poblaciones del insecto. Por lo mencionado, el agricultor exitoso debe evitar el Picudo Negro y/o
aprender a manejarlo teniendo en cuenta las siguientes medidas de control.
Mantenimiento de plantaciones.
Para evitar que el Picudo Negro incida negativamente en la producción de
plátano, es necesario darle buen manejo agronómico a los cultivos, con el fin
de obtener plantas vigorosas, mejor capacitadas para tolerar los ataques de la plaga.
Evaluación de la Infestación.
Antes de iniciar cualquier programa de
control se requiere estimar el grado de
infestación. La evaluación puede lograrse
mediante el número de adultos recolectados
en trampas, o inspeccionando directamente
el daño en los rizomas. Este último método
es más ventajoso que la captura de Picudos
en trampas debido a que no se ha
establecido una relación directa entre la
población capturada y el grado de daño ocasionado en las plantas. Un punto de partida para iniciar el programa de control, es cuando el coeficiente de infestación o porcentajes de plantas con túneles o galerías es mayor al 10%. Para su determinación se revisan 20 a 25 plantas/ha.

Cuadro de texto: Control cultural.

Se deben realizar prácticas que alteren o modifiquen el hábitat requerido por el insecto (penumbra- humedad). Posterior a la cosecha o después de daños causados por vendavales, los seudotallos y rizomas deben ser picados y esparcidos para favorecer su pronta deshidratación e impedir de este modo la atracción y/o ovoposición de insectos adultos. Los seudotallos se cortan cerca al suelo dejando cierta inclinación para impedir acumulación de agua y exudados. Otras prácticas importantes son el desguasque o eliminación de calcetas secas donde habitualmente los adultos se esconden durante el día ; la eliminación de arvenses y de residuos de cosecha en la zona que rodea la planta ; el deshije periódico, eliminando los orejones y colinos sobrantes ; la fertilización adecuada y la construcción de drenajes requeridos.
En la búsqueda por obtener un manejo más racional de la plaga, mediante el empleo de trampas, se han evaluado diferentes sustancias de origen orgánico e inorgánico con acción atrayente o repelente sobre los adultos del insecto. En el primer caso se comprobó como atrayente la Feromona “Rincophorol” y en el segundo la acción repelente de la Creolina o Específico en soluciones comerciales superiores al 3%.
• Control Biológico

En condiciones naturales el Picudo Negro tiene
enemigos naturales que se deben aprovechar dentro de un manejo integrado de la plaga. Entre los predadores de larvas, huevos y pupas, sobresalen los Coleópteros
Hololepta quadridentata, Alegoría dilata y diferentes especies de Dactylosternum, las hormigas
del género Componotus y difererentes especies
de Dermáptera, familia Forficulidae. Bajo condiciones naturales también se encuentra con frecuencia los hongos entomopatógenos
Beauveria bassiana y Metarhizium anisoplae que infectan larvas, pupas y adultos, así como también Nemátodos entomoparásitos de los géneros Steinermema y Heterorhabditis.





Mancha roja del banano
a)      Ciclo de vida
Los Trips, son insectos muy pequeños (1.7 milímetro),
su aparato bucal es picador - masticador: Son insectos que actúan juntos, haciendo daño en grandes colonias; la hembra pone sus huevos en
partes protegidas de la planta, los cuales eclosionandando lugar a las ninfas de color amarillento, estas son las que ocasionan el daño en la fruta, al alimentarse de la savia de los dedos más tiernos y en formación.
En su estado de pupa permanece inmóvil y cae al suelo, al cabo de 7 a 12 días se transforma en adulto. (Texto e imagen tomada de documento: Manchado de la fruta de banano, de Ing. Miguel Garrido R.- Tumbes).
Nótese que las flores son su atracción y refugio
preferido, es ahí donde inician su daño de manera
conjunta.
Las flores en la primera semana de formación de la
racima, están protegidas por las brácteas y estas
generan la oscuridad que necesitan los trips para
guarecerse. Finalmente se genera el daño en la fruta,descalificándola para su venta.

INSECTOS SUCCIONADORES
Estos insectos se alimentan de los tejidos de hojas y frutos. Como producto
de su alimentación excretan sustancias azucaradas, que actúan como un
medio de cultivo para el crecimiento de hongos (Capnodium sp.), que forman
una capa negra llamada fumagina. Dentro de estos insectos están: la mosca
blanca espiral (Aleurodicus dispersus), áfidos (Pentalonia nigronervosa y
Aphis gossypií), escamas (Chrysomphalus aonidium, Aspidiotus destructor y
Diaspis boisduvalii)
y las cochinillas harinosas (Planococcus citri y
Dysmicoccus brevipes).
A principios de 1995, se detectó por primera vez un ataque en Costa Rica de
la mosca blanca, A. dispersus (Homoptera: Aleyrodidae), en el cultivo del
banano. La plaga afectó dos fincas del cantón de Matina, provincia de Limón.
Las poblaciones de A. dispersus en Costa Rica son mayores en época seca,
mientras que en la estación lluviosa sus poblaciones son más bajas,
probablemente por el efecto regulador de la lluvia (Kumashiro et al. 1983).
Las poblaciones iniciales fueron de 30 ninfas por hoja, población que se
incrementó en dos meses a 7.000 ninfas por hoja. Esto produjo que la
mayoría de las plantas presentaran fumagina (Laprade y Cerdas, 1996).
A. dispersus es un insecto altamente polífago y se alimenta de 27 familias, 38
géneros y más de 100 especies de plantas, destacándose, banano, coco,
papaya, mango, ornamentales y vegetales (Waterhouse y Norris, 1989). En
Costa Rica, en las plantaciones de banano, se determinaron 22 especies
pertenecientes a 16 familias, como hospedantes de la mosca blanca (Cuadro
2), con una marcada preferencia por plantas de hojas anchas (Blanco-Metzler
y Laprade, 1998).

HUEVO. Es alargado, pálido, blanco al inicio y café oscuro próximo a la
eclosión. La hembra coloca los huevos en forma aislada o agrupados en una
forma desordenada, creando tendencias circulares o concéntricas,
"espirales" (Fig. 19), por lo cual recibe el nombre de mosca blanca espiral.
Los huevos son recubiertos por un polvo blanco o de abundante secreción de
apariencia algodonosa. Son colocados en el envés de las hojas o sobre los
frutos verdes. Su duración es de 9 a 11 días. Una hembra puede ovipositar
hasta 80 huevos durante su ciclo de vida (Lambkin, 1996). NINFA. Presenta
cuatro instares ninfales, el primer instar ninfal ("crawler") es móvil,
permitiendo la dispersión en la hoja; posterior, al primer instar, las patas se
atrofian y se vuelven sésiles. Durante el segundo y tercer instar, la ninfa crece
y emite los filamentos y cera que recubre el cuerpo (Fig.19). La duración del
primer instar ninfal es de 6 a 7 días, el segundo es de 4 a 5 días, el tercero es
de 5 a 7 días y el cuarto es de 10 a 11 días, en condiciones de temperatura
entre 20 y 39 aC. El último instar ninfal presenta una abundante secreción
algodonosa, blanca y cerosa, que se extiende por todo el dorso (Fig. 20a).
Esta secreción tiene hilos y círculos tan largos y tan anchos como el cuerpo,
cruzados por una banda translúcida, como cristal, estriada, que extiende la
cera ventralmente. Es incolora o amarillenta, membranosa, ligeramente oval,
mide entre 1 a 1,25 y 0,75 a 0,90 mm, de largo y ancho respectivamente
(Lambkin, 1996). ADULTO. El macho y la hembra tienen un tamaño medio de
2,28 y 1,74 mm de largo respectivamente. Las alas anteriores presentan dos
manchas gris pálido (Fig. 20b). El tiempo de huevo a adulto es de 34 a 38 días
(Lambkin, 1996).
Las hembras ovipositan toda su vida después de un día de su emergencia.
Las hembras apareadas producen una progenie de ambos sexos, mientras
que las hembras no apareadas producen solamente progenie de machos
(Lambkin, 1996).
Las poblaciones de A. dispersus son afectadas por lluvias fuertes y por
temperaturas frías, mientras que en condiciones calientes y secas se favorece
su multiplicación. Además, la fluctuación poblacional esta directamente
relacionada con los enemigos naturales, la disponibilidad de fuentes de
alimento, la discontinuidad de los cultivos y la aplicación de agroquímicos.
El daño directo es por alimentación en el envés de las hojas. Cuando sus
poblaciones son muy altas, la hoja se cubre de una masa algodonosa blanca.
El daño indirecto es causado por las sustancias azucaradas excretadas por el
insecto, que sirven de sustrato para el crecimiento de un hongo (Capnodium
sp.) el cual forma una capa de color negra, llamada fumaglna (Fig. 21). Si el
daño es severo, esta capa negra, impide la actividad fotosintética de la
planta, alargando el período de cosecha hasta en 12 días; a su vez la
fumagina también puede desarrollarse en el racimo y afectar la calidad de la
fruta (Laprade y Blanco-Metzler, 1998).

Control biológico: En Costa Rica se encontró cuatro especies de parasitoides
hymenópteros: Encarsiella noyesi Hayat, E. aleurodici Girault, Encarsiella
prob. nsp. y Encarsia guadeloupae Viggiani, en ninfas de la mosca blanca
espiral. De estas especies, E. noyesi fue la más abundante. Los niveles de
parasitismo alcanzaron hasta un 90%, con una reducción importante en la
población de A. dispersus. En general, las ninfas parasitadas son de color
oscuro y se observa un orificio de salida de forma circular, por donde sale el
parasitoide (Fig. 22a), las no parasitadas, son claras y presentan un orificio de
salida en forma de "T" (Fig. 22b) (Blanco-Metzler y Laprade, 1998). Además,
se encontraron dos especies de ácaros de la familia Phytoseiidae, así como
larvas y adultos de Scymnus sp. (Fig. 23a) y Nephaspis sp. (Fig. 23b)
(Coleóptera: Coccinelidae) alimentándose de las posturas y ninfas pequeñas
de mosca blanca. Otros depredadores son: Polybia sp. (Hymenoptera:
Vespidae), Crysopa sp. (Neuroptera: Crysopidae) y tres especies de arañas,
Plesiometa argyra, Gasteracantha canciformis y Chrysso sp. Los ácaros y
coccinélidos son depredadores de huevos y primeros instares ninfales
(Blanco-Metzler y Laprade, 1998).
Control químico: Se han evaluado insecticidas, aceites agrícolas, ceras
naturales, y sales potásicas. Estos productos son efectivos en reducir las
poblaciones de mosca blanca, pero una vez que se suspenden las
aplicaciones, las poblaciones de A. dispersus se incrementan rápidamente y
pueden llegar a igualarse a las áreas donde no se ha ejercido ningún tipo de
control. El uso continuo de los mismos nematicidas organofosforados
ocasiona drásticas reducciones en las poblaciones del complejo de
parasitoides y depredadores, y como una respuesta rápida se produce un
incremento de la plaga. Por lo tanto, es recomendable la rotación de los
nematicidas y no aplicar insecticidas para el combate de A. dispersus, siendo
lo más conveniente esperar a que se restablezca el control biológico o
introducir parasitoides en las áreas infestadas (Blanco-Metzler y Laprade,
2000)









Daño: El daño directo es por succión de savia y la excreta de azúcares que
atrae a las hormigas, que a su vez forman nidos en la base de las plantas
jóvenes, lo cual podría afectar el vigor del hijo. El daño indirecto es por la
transmisión de enfermedades virales (CMV) (Lara, 1970; Caruana, 1998)
(Cuadro 3).
Otros áfidos que afectan las musáceas son: Macrosiphum euphorbiae,
Rhopaiosiphum maidis, Myzus persicae y A. craccivora.
Control cultural: La eliminación de hospedantes alternos dentro de la
plantación como malezas pertenecientes a las cucurbitáceas, leguminosas o
solanáceas, etc., son importantes para el manejo de las poblaciones de este
insecto.
Control biológico: Las poblaciones de estos áfidos pueden ser controladas
por los siguientes parasitoides, Aphidius spp. y Lysiphlebus testaceipes
(Hym.: Braconidae); por los depredadores: Coleomegilla maculata,
Cycloneda sanguínea, Hippodamia convergens
(Col.: Coccinellidae);
Ocyptamnus sp. y otras especies de la familia Syrphidae (Díptera); y por
hongos entomopatógenos como Verticillium lecani, en condiciones de alta
humedad. El manejo de hormigas es fundamental para permitir la acción de
los enemigos naturales sobre este áfido (Saunders et al. 1998) .
Existen tres clases de escamas que ocasionalmente causan daño en la fruta
del banano: la escama de Boisduval (Diaspis boisduvalii), la escama de los
cocos (Aspidiotus destructor) y la escama de la Florida (Chrysomphalus
aonidum)
(Pinese y Piper, 1994;Trabanino, 1998; Fallas, 1998).
Las escamas en poblaciones abundantes pueden infestar la fruta, lo que
afecta la calidad (Fallas et al. 1998).
En general, la escama de Boisduval y de Florida, son plagas de época seca;
mientras, las de los cocos son propias de la época lluviosa.
Las escamas hembras de Boisduval tienen semejanza con las escamas de los
cocos, y se diferencia de esta última porque el macho adulto es blanco y
posee tres surcos superficiales en la parte superior del cuerpo, y siempre está
acompañado de las hembras. La escama adulta de los cocos tiene 2 mm de
diámetro, es amarillenta y transparente, con el centro oscuro de color
amarillento (Pinese y Piper, 1994). La escama de la Florida, es todavía más
pequeña, de color rojo-ladrillo (Trabanino, 1998).
Los huevos son puestos y protegidos en el interior de la coraza de la hembra.
El primer instar ninfal puede movilizarse y posteriormente se vuelve sésil. Lo
anterior, les permite asegurar la distribución de la especie. Estas escamas
maduras carecen de antenas, ojos y patas. Las ninfas del insecto se
alimentan de savia y a través de unas glándulas epiteliales secretan cera, ésta
sustancia más los restos de las exuvias ninfales forman una coraza. Dicha
coraza no esta adherida al cuerpo de la ninfa o hembra adulta, por lo que
forma un verdadero escudo o escama (Fig. 26a). Las hembras técnicamente
tienen cabeza, tórax y abdomen, aunque no se pueden reconocer fácilmente.
Los adultos machos tienen un par de alas sin balancines por lo que se
diferencian de los dípteros. La reproducción puede ser sexual o
partenogénica (Wille y Fuentes, 1979).
Las escamas hembras adultas y las ninfas se alimentan de la savia de los
tallos, hojas o de la corona y cuello, y raramente en la fruta (Fig. 26b). De las
excretas del insecto, que son sustancias azucaradas, crece el hongo
Capnodium spp., que forma la fumagina, lo cual influye, reduciendo la
calidad y la apariencia de la fruta (Fallas et al. 1998).
Control cultural: Realizar prácticas culturales que reduzcan el daño del
insecto, como el “desburille" (Fig. 27), la eliminación de hojas en contacto
con la fruta, la separación del racimo del pseudotallo y realizar una buena
práctica de embolse, de tal forma que la persona que realice esta actividad
ávite tocar las hojas de la planta infestada.
Control biológico: Las poblaciones de este insecto han sido reguladas por
himenópteros o neurópteros como Crysoperla sp., así como varias especies
de coccinélidos o mariquitas.
Control químico: La cera de las escamas que cubre al insecto es una barrera
física, que hace difícil el control con los insecticidas. Sin embargo, el tratar de
eliminar esta barrera con detergentes u otros productos que bloqueen la
respiración del insecto como los aceites, tiene un buen resultado sobre su


Los huevos son amarillos, minúsculos, y están colocados debajo de la
escama y alrededor del cuerpo de la hembra. Su incubación es
aproximadamente de 7 a 8 días. Después de la emergencia del huevo, las
ninfas se mueven de la escama materna y toman posición en la hoja, e inician
su alimentación. La ninfa del macho pasa por tres instares y la hembra por
dos. El desarrollo ninfal es de 24 días en el macho y en la hembra es más
prolongado.
El cuerpo de la hembra adulta es amarillo brillante y casi de contorno circular,
está cubierta con un escudo verdadero o escama, endeble, semi-
transparente, delgado y convexo (Fig. 28a). La escama tiene un diámetro de
1,5    a 2,0 mm (Pinese y Piper, 1994). La escama macho es mucho más
pequeña, con un contorno ovalado, y el cuerpo del insecto es rojizo; llegando
a la madurez el insecto macho tiene un par de alas (Hill, 1975; Pinese y Piper,
1994). El ciclo de vida es de 31 a 35 días y pueden darse hasta alrededor de
10 generaciones por año (Lever, 1970).
El hospedante principal de A. destructor es el coco (Cocos nucífera) así como
otras palmáceas, el mango (Mangifera indica), el cacao (Theobroma cacao),
el ginger (Alpinea purpurata), la guaba (Inga sp.), la papaya (Carica papaya),
la caña de azúcar (Saccharum officinarum), el Pandanus sp., los cítricos
(Citrus spp.), el aguacate (Persea americana), y el ñame (Dioscorea spp.)
(Lever, 1970).
El daño es semejante al de D. boisduvalli. Empero, esta escama sí ataca la
fruta. Los ataques suelen ser más severos en áreas donde la precipitación es
alta. Las escamas son visitadas por hormigas que se alimentan de los
azúcares excretados por ellas.
Control biológico: Las poblaciones de A. destructor son reguladas por
neurópteros y coccinélidos (Fig. 28b) (Lever, 1970). Otras prácticas de manejo
que se pueden emplear son semejantes a las descritas para D. boisduvalii.

Los huevos son amarillos y ovalados, depositados debajo de la coraza, donde
suelen madurar antes de 24 horas. Las ninfas recién emergidas, una vez que
se establecen, segregan un hilo ceroso, que forma una cubierta blanca. En
cada muda, la piel desechada se añade también a la coraza. Las ninfas
machos se diferencian en una segunda etapa que forma una coraza ovalada.
Los adultos tienen una coraza circular que es moderadamente convexa y
presenta unos anillos de color marrón y morado alternando con unos de
color rojo. El macho presenta una prolongación o protuberancia al mismo
lado de la coraza que es incolora, mientras el resto de la coraza se mantiene
de color morado intenso. La coraza de la hembra adulta es morada intensa
con una protuberancia en el centro, que puede ser marrón. El cuerpo de la
escama tiene forma de pera y puede observarse al levantar la coraza, y es de
color amarillo limón. Los machos adultos no tienen coraza, pero presentan
un par de alas y pueden volar (Trabanino, 1998).
Se han identificado más de 630 especies de plantas como hospedante de esta
plaga, siendo las principales los cítricos (Citrus spp.), además del banano
(Musa spp.), eucalipto (Eucalyptus spp.), mango (Mangifera indica) y varias
palmáceas (Trabanino, 1998).
El daño es semejante al de D. boisduvalli. Empero, esta escama también
ataca la fruta. Los ataques ocurren durante la época seca.

Control cultural: Es importante en lotes aledaños a calles de lastre, tratar de
reducir la cantidad de polvo, colocando barreras vivas o, regando agua, ya
que este reduce la eficiencia de los enemigos naturales.
Control biológico: Se ha tenido mucho éxito con la avispa Aphytis
lingnanensis
(Hymenoptera: Aphelinidae).También existen varias especies de
coccinélidos que son depredadores de esta escama (Trabanino, 1998).
Otras prácticas de manejo que se pueden emplear son semejantes a las
descritas para D. boisduvalii
Las cochinillas a diferencia de las escamas presentan antenas y patas bien
desarrolladas que les permiten desplazarse con facilidad. Su cuerpo es
alargado u ovalado, cubierto de secreciones cerosas, producidas por
glándulas epiteliales y expelidas por un poro que se ubica en el tegumento
del cuerpo. Estas secreciones se distribuyen en la superficie del cuerpo en
forma polvorienta, lo que origina secreciones de forma algodonosa o
harinosa, de color blanco a crema. En la periferia del cuerpo las cochinillas
presentan prolongaciones laterales, filamentosas o cortas, que le dan una
apariencia aserrada (Wille y Fuentes, 1979).
Las principales cochinillas asociadas al banano son: Planococcus
(=Pseudococcus) citri
y Dysmicoccus brevipes1.
El número de huevos puestos por una sola hembra, en promedio puede ser
de 244, con un porcentaje de viabilidad hasta de un 80%. Las cochinillas
presentan dimorfismo sexual, en ausencia de fecundación la hembra secreta
un ovisoco, pero no pone huevos (Martínez y Suris, 2000).
El cuerpo de la hembra es ovalado, y tiene una coloración que varía del gris
al café rosado (Fig. 29). Las antenas comprenden ocho artejos y las piezas
bucales están transformadas en un largo estilete que sirve para extraer la
savia necesaria para su alimentación (Wille y Fuentes, 1979).


La duración del ciclo biológico es de 50 a 81 días si la temperatura se
encuentra entre los 23 a 26 eC (Martínez y Suris, 2000). Si la temperatura es
más baja (15 a 20eC), por lo general el ciclo de vida se alarga.
P. citri se asocia con la presencia de hormigas. Ellas secretan azúcares que les
sirven de alimento, a cambio las hormigas protegen a estos insectos de sus
controladores biológicos y adicionalmente son transportadas por ellas a
otras plantas (Lara, 1970). Las hormigas hacen su nido en el suelo, a poca
profundidad, en la base de las plantas a nivel del cormo, debajo de las hojas
viejas y de los desechos orgánicos. Las colonias inician en las partes
protegidas de la planta, el pseudotallo y los pecíolos; posteriormente, se
transportan al racimo, logrando desarrollar colonias en el raquis y en las
coronas de las manos del racimo.
La diferenciación entre las especies P. citri y D. brevipes, se logra mediante la
determinación de las siguientes características:          a. D. brevipes
morfológicamente es más redondeada y rellena; mientras, P. citri es más
alargada y plana, con dos proyecciones filamentadas al final del abdomen, b.
En cuanto a sus comportamientos, D. brevipes es poco móvil y se encuentra
en el interior de las yaguas o vainas foliares, hacia la base de la planta, en las
raíces y en el cormo2. En el cormo es usual encontrarlas en galerías
construidas y abandonadas por el picudo negro; por otra parte, P. citri se
localiza más en las partes aéreas de la planta (hojas y pseudotallo) y es más
móvil.
Generalmente, los ataques en el follaje y el fruto, son más probables cuando
las áreas son propensas a inundaciones o después de largos períodos de
lluvia, que hacen que tanto la cochinilla como las hormigas migren a las
partes más altas de la planta.

Los daños de P. citri son por succión y por facilitar la formación de fumagina
en el raquis y en la corona de la fruta. También P. citri es vector del virus del
estriado del banano (Banana Streak Virus, BSV) (Caruana, 1998) (Cuadro 3).
La forma de transmisión del virus es de forma semi-persistente, es decir el
insecto necesita al menos de 15 a 20 minutos en alimentarse en la planta
enferma y lo puede transmitir por 72 horas (Caruana, 1998). Este virus puede
ser letal para la planta de banano, por lo que es imprescindible ejercer
medidas preventivas para el manejo del insecto como las que se detallan a
continuación.
Control cultural. El "desburrille" profundo del pseudotallo (Fig. 27), buen
control de las malezas, el empleo de apuntalamiento con caña brava libre de
hormigas y evitar los encharcamientos, reducen el daño del insecto.
Control biológico: Se menciona a los parasitoides Acerophagus debilis
Timberlake y Leptomastix dactylopii Howard (Hym.: Encyrtidae), y el díptero
Diadiplosis cocci Felton, los cuales son responsables de cerca del 75% de
mortalidad. Otros enemigos naturales son el nematodo Heterorhabditis
bacteriophora
Poinar y el hongo Verticillium lecanii. No obstante, han sido
poco estudiados (Martínez y Suris, 2000).
Control químico: El manejo de las hormigas es importante para reducir las
poblaciones de cochinilla. Para tal efecto se emplean cebos con la mezcla de
500 g de azúcar, 10 g de malathion y, 6 g de sal común disueltos en un litro
de agua. Esos cebos se colocan cerca de los nidos de las hormigas sobre
recipientes o pedazos de hojas, y se distribuyen homogéneamente en las
áreas infestadas.
El manejo de la cochinilla se puede realizar con aplicaciones de diazinón (300
mi de producto comercial en 200 I de agua con 50 mi de adherente de uso
agrícola, más un 20% del volumen con aceite agrícola, para una ha.). Las
aplicaciones son dirigidas al pseudotallo y cubriendo el suelo alrededor de la
planta. El uso de fundas impregnadas con insecticida o el empleo de fundas
sin insecticidas más "corbatas" (bandas plásticas) impregnadas con
clorpirifos al 2%, ayudan a controlar al insecto.
Este insecto se encuentra distribuido desde México hasta América del Sur y
el Caribe, tiene un amplio rango de hospedantes tales como: piña (Ananas
comosus),
arroz (Oryza sativa), maní (Arachis hypogea), garbanzo (Cicer
arietinum),
cafó (Coffea arabica), cacao (Theobroma cacao), y cítricos (Citrus
spp.), (Saunders et al. 1998).
HUEVO: Los huevos son puestos en grupos de hasta 300 en un saco terminal
ceroso que le sirve para acarrear y proteger los huevos, el tiempo de
incubación es de 8 a 9 días. NINFA: La ninfa en el primer instar se moviliza
por la planta antes de establecerse en una concavidad adecuada, para
alimentarse allí hasta que desarrolle una cobertura cerosa, permaneciendo
en ese sitio o moviéndose muy poco hasta la madurez. La ninfa hembra
muda tres veces antes de llegar a ser adulto; mientras, el macho muda
también tres veces, pero en el último instar forma un capullo tosco ceroso,
en donde empupa. ADULTO: El adulto de la hembra es sin alas, de forma
oval, de 2 a 6 mm de diámetro, amarillento a rosado, cubiertos con una capa
de cera con filamentos cerosos que se proyectan lateralmente; los machos
tienen dos alas y un par de filamentos posteriores, son delicados y blandos
(Hill, 1975; Saunders et ai. 1998).
Las hembras adultas y ninfas succionan la savia de tallos y raíces. No se tiene
certeza si este insecto puede transmitir enfermedades virales en el banano.

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