Desarrollo Rural Humano Agroecológico
Universidad Técnica de Babahoyo
Facultad de ciencias de Agropecuarias
Escuela de ingeniería Agropecuaria
Tema:
Desarrollo Rural Humano Agroecológico
DESARROLLO
RURAL HUMANO AGROECOLÓGICO
La búsqueda de un proceso participativo que
movilice las capacidades, recursos y conocimientos que sobre el ambiente y, en
general, sobre los procesos ecológicos tienen los pequeños productores,
constituye uno de los rasgos distintivos de la estrategia de desarrollo rural
humano y agroecológico (DRHA). El objetivo que resume su misión es el desafío
de formar actores sociales capaces de mejorar de manera sostenida la calidad de
vida de la población rural.
Para las instituciones que
implementan proyectos y programas en la perspectiva de la estrategia del DRHA,
los pequeños productores son considerados agentes económicos generadores de
riqueza, en los cuales la sociedad debe invertir, no sólo por la urgente
necesidad de aliviar la extendida pobreza rural, sino porque la actividad
productiva que realizan pueden contribuir al bienestar del conjunto de la
sociedad y a disminuir el flujo de gasto público, denominado subsidio a la
pobreza.
Es verdad que las experiencias
realmente exitosas de DRHA aún no son numerosas, pero es válido afirmar que la
información disponible muestra que estamos en presencia de una estrategia que
ha internalizado las lecciones del pasado en materia de desarrollo rural,
ubicándolas en un nuevo marco conceptual que cuenta con instrumentos
metodológicos y tecnológicos para transformar la realidad.
El DRHA armoniza en una misma
estrategia la eficiencia, equidad, rentabilidad y sustentabilidad local de modo
que la creatividad y voluntad de las familias campesinas se refleje en un uso
óptimo de recursos disponibles y en una regeneración de los recursos naturales
productivos que sostengan su economía. De igual modo entrega a la organización
campesina, o a instituciones que pueden realizarla de forma supletoria, la
tarea de influir en las políticas sociales para aumentar el acceso de la
comunidad a los bienes sociales.
Este tipo de desarrollo rural, por el manejo
agroecológico que promueve abre nuevos horizontes de rentabilidad a la
actividad productiva campesina, lo que incentiva la organización para una
gestión económica eficiente.
La agricultura tradicional, aún siendo la
actividad que históricamente más ha transformado los sistemas naturales, ha
generado sistemas agrarios perfectamente integrados en el paisaje y que, en la
actualidad, poseen un extraordinario valor ambiental, económico y sociocultural.
Así, tenemos ejemplos significativos en los sistemas ingeniosos de patrimonio
mundial (SIPAM, Koohafkan 2010), como los sistemas agrícolas de Chiloe (Chile)
y de los Andes (Perú), las terrazas de arroz de Ifugao (Filipinas) o de Hani
(China), o los oasis del Maghreb. No menos interesantes son las laderas
aterrazadas de los paisajes levantinos o canarios, que constituyen una obra
faraónica para aprovechar las aguas pluviales de laderas y cañadas; o las
huertas tradicionales que configuran unos paisajes reticulados de gran belleza;
sin olvidar los majadales, de alta diversidad, generados por la acción del
pastoreo, pisoteo y deyecciones del ganado lanar; o las dehesas, ecosistemas
agrosilvopastorales formados a partir del bosque primitivo que, debido a la actividad
humana, poseen una gran estabilidad y una autosuficiencia de energía y
materiales (Gómez Sal 2007).
CONCLUSIÓN
Se trata de promover a los pequeños agricultores a
mejorar la vida de la población rural, haciendo que su cultivo sea el bienestar
del conjunto de la sociedad y disminuir el subsidio de la pobreza
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