DAÑOS DE LOS INSECTOS
DAÑOS DE LOS INSECTOS
Los
principales tipos de daños que pueden producir los insectos y ácaros en la
agricultura son, como se ha visto en el Tema 1, los siguientes:
§
alimentación directa. Es el daño producido por la propia
alimentación de estos artrópodos. Aquí se incluyen los artrópodos que se
alimentan masticando su alimento y aquellos que succionan o chupan contenidos
celulares y los fluidos de las plantas (savia). Esta alimentación se puede
producir en la parte aérea, en la parte subterránea, en el interior o exterior
de las plantas, o en productos almacenados.
§
inyección de sustancias tóxicas. Es un tipo de daño que ya puede
considerarse en la mayoría de los casos indirecto. Ocurre sobre todo en
aquellos artrópodos que succionan/chupan de la planta. Generalmente producen
una alteración más o menos importante en el crecimiento y desarrollo de las
plantas.
§
Oviposición. Este tipo de daño lo producen las
hembras al depositar los huevos. Ocurre en algunos tipos de artrópodos,
especialmente insectos.
§
Transporte y diseminación de
organismos nocivos. Este daño
indirecto puede llegar a ser tan importante o más que la propia alimentación de
los artrópodos. Los artrópodos pueden ser vectores de varios tipos de agentes
patógenos: especialmente virus, hongos, fitoplasmas y bacterias.
§
Deposición de excrementos, melazas,
restos de mudas. Tipo de
daño indirecto que se podría calificar también como cosmético, aunque puede
llegar a ser de bastante importancia económica.
§
Debilitamiento de la planta. La actividad alimenticia de algunos
insectos y ácaros puede dejar la planta debilitada, al realizar galerías,
túneles, etc. que afecten a troncos, tallos, ramas, raíces.
Estos
diferentes tipos de daños pueden ser producidos en algún momento de forma
conjunta o separada en las plantas cultivadas, y es necesario conocerlos y
evaluarlos para disponer de criterios que nos ayuden a tomar decisiones.
La evaluación
de los daños se suele realizar contando los órganos atacados o afectados
de forma directa o indirecta, o el número de plantas que presentan ciertos
síntomas. Un paso simultáneo e importante es el de relacionar esos daños con
las poblaciones de plaga presentes en el cultivo. Tanto las poblaciones de las
plagas, como a veces también sus daños, se estiman mediante el muestreo. Las
técnicas de muestreo son una parte importante de la evaluación de plagas, de
enfermedades, de malas hierbas y de sus daños, y son objeto de estudio en
asignaturas más especializadas relacionadas con la Sanidad Vegetal.
La actividad
alimenticia (o de otro tipo) de las plagas, de los agentes infecciosos, y por
la competencia de las malas hierbas, producen unos daños (o enfermedad, o
competencia) en la plantas que suelen traducirse en pérdidas de cosecha.
Esta pérdida de cosecha puede ocurrir tanto por una disminución de la cantidad
como de la calidad.
Para tomar
decisiones fundamentadas es importante conocer la relación existente
entre los daños producidos al cultivo y las pérdidas de cosecha. Sin embargo es
más fácil conocer la población de una plaga (u otro agente biótico nocivo para
el cultivo) que los daños que causa, y entonces se suele establecer la relación
entre el nivel de plaga y la pérdida de cosecha producida, como índice final
del perjuicio producido.
En cada
plaga y cultivo esta curva puede ser distinta en sus valores, pero la idea
básica se suele mantener: a ciertos niveles poblacionales de la plaga no existe
una disminución apreciable de la cosecha, e incluso se puede producir un
incremento en ésta (asociada a veces con la estimulación del crecimiento de
frutos, menor número de flores, hojas, etc.). Conforme aumenta el nivel de la
plaga, las plantas pueden compensar las pérdidas con una mayor actividad sin
que se den mermas en la cosecha; las poblaciones de las plagas pueden seguir
incrementándose, y se puede producir cierta pérdida de cosecha, que aún es
tolerable desde el punto de vista económico, pero si la población siguiese
aumentando entonces entraríamos en una zona de pérdidas sin capacidad de
recuperación. En un manejo adecuado de las plagas (y enfermedades y malas
hierbas), al llegar a la zona de pérdida económica de la Fig. 16.1 es cuando se
debería actuar con alguna medida de control, para no sobrepasarla y entrar en
ella, pero tampoco habría una justificación clara (económicamente hablando)
para actuar contra las plagas si éstas se encuentran en niveles poblacionales
inferiores, a la izquierda de dicha zona.
Una
excepción a esta relación pérdida de cosecha/densidad de insectos es el daño
económico producido por los virus que son transmitidos por insectos y ácaros
vectores, donde unos pocos individuos pueden extender la enfermedad a niveles
que hacen al cultivo no rentable.
Un último
aspecto a considerar es la pérdida económica que se produce con la
pérdida de cosecha. Para ello se tiene en cuenta además el valor de la cosecha
en el mercado.
Finalmente
se llega a un concepto clave en el control de plagas (pero también de
enfermedades y otros agentes nocivos para las plantas cultivadas): una medida
de control estaría justificada si su coste (incluyendo todos los aspectos: la
maquinaria, la mano de obra, el producto) fuera igual o menor que el de la
pérdida (generalmente entendida en el aspecto económico) de cosecha producida
por la plaga. Este es un concepto económico, que se suele medir en términos
monetarios, pero en ella pueden incluirse otros condicionantes: el impacto
ambiental de las medidas de control, el daño ambiental por la presencia de la
plaga, la repercusión en próximas cosechas porque se cree un banco de semillas
en el suelo, etc.
Cortadores
Son los que manifiestan más claramente el tipo de daño
por que se aprecian directamente sobre la superficie de las hojas las
perforaciones o mordeduras causadas por éstos.
También cortan trozos de la hoja más o menos
redondeados de fuera hacia a dentro o mediante perforaciones.
Los Barrenadores
Los escarabajos de corteza hacen
pequeños agujeros en los troncos y ramas de árboles.
Barrenadores aplanados dejan grandes
agujeros de salida en los troncos.
Los barrenedores de tallos son principalmente larvas de
lepidópteros pero también hay especies de coleópteros tanto escarabajos como
gorgojos. Los lepidópteros atacan de preferencia plantas herbáceas y, más
raramente, semileñosas; mientras que los coleópteros prefieren plantas leñosas.
Los daños causados por los barrenedores de tallos suelen ser muy serios.
Las plantas con tallos barrenados pierden su vitalidad con la
consiguiente reducción en la producción.
Minadores
Daño causado por un minador a un castaño (árbol).
En
biología y agricultura, los minadores son larvas de insectos que
viven en el interior del tejido de las hojas. Muchos de ellos causan daños a las
plantas de jardín y cultivos.
Las larvas de
algunos insectos pequeños, particularmente las orugas de algunos
microlepidópteros (familias Gracilariidae, Gelechiidae y Lyonetiidae) pero
sobre todo las larvas de las llamadas moscas minadoras (Familia Agromyzidae) se
aumentan del mesófilo o tejido interno de las hojas dejando intactas las capas
externas o epidemiales. Las hojas afectadas presentan túneles o
"minas" que, según las especies, son más visibles en la cara superior
o en la cara inferior de las hojas. Las minas varían en forma, tamaño y
ubicación según la especie del insecto minador. Se distinguen las minas
"serpenteantes" y las minas "lagunares",las primeras son
delgadas según el tamaño de la larva minadora; las segundas son amplias más o
menos circulares.
Como
consecuencia de las lesiones causadas por los insectos minadores, las hojas
pierden su capacidad de fotosíntesis, se secan y terminan por caerse, la planta
se defolia total o parcialmente. Plantas como la papa, tomate, frijol y otras
toman el aspecto de "quemadas". Como en el caso de los masticadores
de hojas, el perjuicio económico depende de la relativa importancia del follaje
en la formación de la cosecha durante el tiempo en que se produce la
infestación.
INSECTOS
DEFOLIADORES
El daño por
los insectos de foliadores se reconoce fácilmente por la ausencia de follaje o
por la presencia de peciolos, venas principales u otras partes remantes de lo
que fue la lámina foliar o la acícula. Muchas especies de insectos pequeños,
casi como las formas más jóvenes de las especies grandes, con frecuencia se
alimentan de las partes más suaves de las hojas y solo dejan las venas o las
partes más duras, es decir “esqueletonizan” al follaje y por lo tanto recibe el
nombre de esqueletonizadores. Los minadores de las hojas se alimentan entre la
especie superior de ellas; las especies más importantes consumen la hoja
entera. Los de foliadores de mayor relevancia están en el orden lepidóptera
(familia Arctiidae, Geometridae, Lasiocampidae, Saturniidae, Nymphalidae y
pieridae); los diprionidos son llamados mosca sierra y son de particular
importancia como defoliadores de pinos. En los órdenes Orthoptera
(familia Acrididae y Tettigoniidae), Diptera (familia Cecidomyiidae), se
incluye en varios defoliadores de regular importancia.
Insectos comedores de
frutos
La afectación en los frutos es tal vez uno de los daños más visibles y
de mayor impacto en cualquier sistema de producción tanto convencional
como agroecológico y de dos a tres grandes grupos de insectos son los
responsables en gran parte de este tipo de afectación, los cuales
corresponden a Dípteros y Lepidópteros, principalmente.
Dentro de los dípteros el insecto más representativo es la mosca de las
frutas, díptero de amplia distribución geográfica procede del África
Sud-Aahariana, de donde se ha extendido a otras zonas templadas,
subtropicales y tropicales de losdos hemisferios. A pesar de su origen se le
llama, también mosca mediterránea de la fruta, por ser en los países
mediterráneos donde su incidencia económica se ha hecho más patente,
afectando a numerosos cultivos entre los que destacan los cítricos,
caducifolios, bayas. etc.
Esqueletizadores
Esqueletizadores: consumen
sólo las partes blandas de la hoja, dejando la nervadura.
LINKOGRAFIA
http://www.magrama.gob.es/ministerio/pags/Biblioteca/Revistas/pdf_Plagas%2FBSVP_32_03_345_353.pdf
Comentarios
Publicar un comentario